miércoles, 9 de mayo de 2012

Formula para Eliminar el “yo” de tus ojos



Existe una enfermedad que hace que la peste bubónica parezca un catarro común. Cuenta la tasa de mortalidad debido a infecciones, fiebres y epidemias desde el principio de los tiempos, y todavía te quedarás corto ante el número de afectados sólo por esta dolencia. Y, perdóname que sea yo quien te lo diga, pero tú también estás infectado como yo . Tú sufres de eso. Eres una de las víctimas, un portador de la enfermedad. Tienes los síntomas y evidencias de la enfermedad. Eres uno de los casos de —sujétate fuerte— el egoísmo.
     ¿No me crees? Supongamos que estás en una foto de grupo. La primera vez que ves la foto, ¿a quién buscas? Y si has salido bien, ¿te gusta la foto? Si tú eres el único que se ve bien ¿te gusta más la foto? Si algunos han salido con los ojos cerrados o tienen espinacas en los dientes, ¿te sigue gustando la foto? Si eso hace que te guste más, eres uno de los casos más graves.
     Hablemos ahora de las manifestaciones físicas. Manos que sujetan con fuerza. ¿Acaso tus dedos toman y sujetan con fuerza alguna posesión? Dientes que sobresalen. ¿Te brillan los colmillos cada vez que alguien te interrumpe o cuando estás enojado? Pies pesados. Si el gato del vecino se te cruza, ¿sientes un deseo repentino de pisar el acelerador? Hombros extendidos. ¿Te dan deseos de palmearte tú mismo la espalda? Y el cuello. ¿Te duele por ir siempre con la nariz alta? Pero sobre todo, mírate los ojos. Estudia tus pupilas. ¿Ves una figurita pequeña? ¿La imagen de una persona? ¿Tu imagen?
   El egocéntrico ve todo a través de sí mismo. ¿Su lema? «¡Todo se trata de mí!» El horario de viajes. El tráfico. La moda. El estilo de la alabanza. El clima, el trabajo, el lugar del trabajo, todo se filtra a través del mini-yo que tenemos en los ojos. Egoísmo. Es algo terrible.
¿Quieres más ejemplos?
 Examinemos un periódico. La edición de hoy. ¿Cuántos ejemplos de egoísmo encontraremos en las primeras páginas?
1. Una adolescente muere en un accidente de carro. Su novio fue desafiado a una carrera por las calles de la ciudad. Él aceptó el desafío y chocó el coche contra un poste de teléfonos.
Cual es la formula para remediarlo?
«No hagamos  nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideremos a los demás como superiores a nosotros mismos. Cada uno debemos  velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás»
A primera vista parece que el estándar que propone este pasaje es imposible de alcanzar.
¿Nada? ¿No debemos hacer nada por nosotros mismos? ¿Ni comprarme un traje o un vestido nuevo? ¿Y qué de ir a la universidad o ahorrar dinero? ¿Serán todas estas cosas egoísmo?.
La palabra que se usa para egoísmo tiene la misma raíz que las palabras conflictos y contiendas. Se refiere a una preocupación personal que lastima a los demás. Una arrogancia divisoria. 
El egoísmo es obsesionarse consigo mismo, excluyendo a otros e hiriendo a todo el mundo. Velar por tus intereses personales es manejar tu vida adecuadamente. Hacerlo de forma que excluyas al resto del mundo, es egoísmo. «Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás».
     ¿Quieres tener éxito? Muy bien, pero ten cuidado de no herir a otros en el proceso. ¿Quieres lucir bien? No hay problema. Sólo no hagas que los demás luzcan mal. El amor no es egoísta.
 
Tomado del Libro Un Amor Que Puedes Compartir
Autor: Max Lucado