viernes, 27 de abril de 2012

LOS NECESARIOS CAMBIOS



No es la especie más fuerte la que sobrevive.
Tampoco la más inteligente.
Sobrevive la que mejor se adapta a los cambios.


Charles Darwin


Regularmente, una fuerte tormenta nos azota el alma.

Y es en estos momentos, en que todo tiembla bajo nuestros pies, cuando más aprieta la necesidad interior de saber si el rumbo que andamos... es el adecuado.
Todo probable futuro arranca en una decisión del aquí y ahora, que inevitablemente tenemos que acometer... por mucho que el camino parezca largo y tenebroso.Nadie sabe los recovecos que habrá que sortear y los tropiezos que remontar. Así es el camino... escurridizo hasta que lo tenemos justo bajo nuestros pies.Pero la única opción es andarlo, en la confianza que nuestros pasos nos llevarán -tarde o temprano- a un nuevo amanecer.La única brújula que indica el buen rumbo es aquella cuya aguja apunta a que cada paso esté en armonía con lo que quieres y amas.


Tome prestada 2 afirmaciones de Louise Hay  para que las usemos cuando enfrentamos estas dificultades.
1- libero este incidente con amor, ya paso, ya se  término.

2-todo esta bien, todo se esta desarrollando para mi máximo beneficio. De esta situación solo saldrán cosas buenas .
estoy a salvo.
Puedes copiarlas en un papel y  pegarlas  en un lugar visible, repite cada afirmacion  hasta que sean parte de ti.

Feliz fin de semana :)





viernes, 20 de abril de 2012

QUIEN OTORGA CALLA


La frase al derecho es: QUIEN CALLA, OTORGA.

Significa que si alguien hace algún comentario o tiene algún interrogante, y nos quedamos callados, en silencio, es como que estamos aceptando tácitamente lo que el otro ha dicho, le estamos dando la razón.
Creo que no es el único motivo del por qué a veces uno calla. A veces uno quisiera hablar, pero la prudencia nos aconseja no hacerlo, porque “la imprudencia es hija de la ignorancia”, dice otro dicho. Y el silencio muchas veces es el mejor maestro que hace dupla con el tiempo y todo lo acomoda.Yo estoy en esa tarea aprendiendo a ser prudente ,como la frase que se encuentra en la novena de aguinaldos...
ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!
Esta frase está bastante arraigada en nuestro accionar cotidiano.
Pero la que no está tan arraigada es la frase dada vuelta. Cómo sería? 
EL QUE OTORGA, CALLA.
La frase así, dada vuelta, estaría significando todos aquellos actos de los que DAN en forma silenciosa. Puede ser una sonrisa, puede ser una palabra, puede ser un gesto, también objetos. En forma silenciosa no significa “no hablar”, sino no hacer alarde de lo que se está dando.( hay nos juega malas pasada el ego)
Una frase dice: “DAR PARA RECIBIR NO ES DAR SINO PEDIR”.
Se puede dar sin esperar reconocimiento?
Acaso el acto de dar no contiene en sí mismo y solapado el deseo de ser reconocido?
Una cosa es ser reconocido, elogiado, admirado, y otra es sentirse lleno y ancho porque lo que estamos dando produce felicidad en el otro. Ver felicidad en el otro es lo que nos produce felicidad. Si a eso lo llamamos “reconocimiento” estaría bien… porque sería tener la expectativa de que lo que estamos dando producirá felicidad en otro, y que en definitiva, ese es el verdadero objetivo del dar no?
Pero no solo debemos aprender a DAR, sino también a RECIBIR.
Dar nos colma porque uno siempre se atiborra, rebosa de aquello que ofrece o entrega.Es una felicidad poder dar y es sabiduría saber dar en el momento justo, de la manera precisa y adecuada a quien realmente lo necesita y puede hacer un uso responsable y constructivo de aquello que se le entrega.


Solemos asociar la generosidad al hecho de dar, pero aún mayor es la que encierra el gesto de recibir: cuando permito que otro me dé, estoy permitiendo que goce con su ofrenda, que se realice en su ofrecimiento, que se llene de lo que me entrega.
Saber recibir es saber abrirse, tornarse disponible y receptivo.
Saber recibir es un movimiento especialmente hermoso en la coreografía de la humildad porque sólo los humildes saben recibir, agradeciendo.
Sabe recibir quien sabe agradecer.
Es desde este agradecimiento, que surge de sentirse regalado por la vida, que brota espontáneamente y de manera natural el deseo sincero de corresponder a tanta generosidad dando algo a cambio. 
Extraído del libro de José María Toro “La sabiduría de vivir”
A veces nos equivocamos. Creemos que estamos dando y en realidad solo estamos recibiendo.
También nos puede pasar que damos lo mejor a desconocidos y no le damos nada a los conocidos, o a aquellos con vínculos más cercanos.
Dar puede ser un comienzo.. Iniciemos hoy ....
Escrito por : (De magui-bru) 

miércoles, 11 de abril de 2012

¿EL CORAZÓN TIENE CEREBRO?




Les comparto un interesante artículo que implica profundizar más allá de las habilidades emocionales y sociales conocidas bajo el concepto de "inteligencia emocional".

Si bien hay algunos tópicos que no comparto...como lo que se aconseja respecto al "deseo", ya que éstos no deben suprimirse, justamente allí se encuentra la raiz de conectar con el mundo del corazón, en nuestros sueños y deseos. De todas formas lo que se expone, es muy interesante de tomar en cuenta.



"El corazón tiene cerebro"

Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia

Tengo 72 años y sigo siendo joven. Nací en Toulouse y vivo en Canadá. Estudié la carrera de Matemáticas y piano. Creo que el ser humano lleva consigo un potencial extraordinario de conciencia, inteligencia, sabiduría y amor; descubrimientos científicos recientes lo constatan.



Que el corazón tiene cerebro es una metáfora, ¿no?No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.

¿Es inteligente?Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.

Primera...La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.

¿Significa eso que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar?Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.

Segunda conexión...La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.

Tercera...La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.

Cuarta...La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.

¿Y se ordena con las emociones positivas?Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.

¿A qué conclusiones nos llevan estos descubrimientos?El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿ No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?

¿...?Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.

¿Aparece con las emociones negativas?Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.

...Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.

Parece ciencia ficción.Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.

Pues parece que nadie lo utilice...Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.

¿Y cómo puedo activar ese circuito?Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje...

¿Santos las 24 horas?Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.

¿Y cómo nos libramos de ellos?Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.

Ya.Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva periodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer.